La Agencia Nacional de Promoción de la Investigación, el Desarrollo Tecnológico y la Innovación por encargo de la Unidad Coronavirus identificó cuatro proyectos con potencial para llegar a un test en menos de 60 días y les otorgó un aporte directo. 

Dos ya lograron alcanzar el objetivo. Días atrás el equipo liderado por Andrea Gamarnik, con un test serologico. Después Adrián Vojnov y equipo presentaron un test rápido de producción sencilla y económica el “Neokit-Covid-19” que identifica la presencia del virus. Este desarrollo fue anunciado por el propio presidente Alberto Fernández. 

En el primero el Estado Nacional aportó 30 mil dólares, en el segundo casi 100 mil. Ambos desarrollos son un salto para adelante.

Con su impacto, el fenómeno de la pandemia inauguró un estado de excepción. Las circunstancias actuales nos sumergieron en océanos de incertidumbres y especulaciones. Se hace difícil imaginar el futuro cercano. Jamás hemos vivido algo similar. Pero aún en esta coyuntura se observan cambios que están modificando de modo drástico algunas inercias.

La reciente convocatoria de ideas proyecto en el área de ciencia y tecnología implica un cambio paradigmático en la gestión del Estado. Es la primera vez que se evalúan y financian proyectos según su capacidad de resolver problemas, y no por antecedentes científicos.

Se está viendo que las vías de solución que se están explorando en todo el mundo son caminos que pueden ser recorridos por nuestros propios laboratorios, universidades y empresas innovadoras. Por esto, es un acierto dinamizar estas capacidades y transformarlas en respuestas y soluciones.

En tiempo récord el Ministerio de Ciencia y Tecnología y la Agencia -organismo nacional responsable de evaluar y otorgar subsidios para financiar investigaciones-, lograron convocar, admitir, evaluar, publicar los resultados y asignar fondos para poner en marcha 64 proyectos.

Esto implicó desarrollar una convocatoria a partir del enfoque “Problema-Solución” en lugar de un llamado abierto y sin objetivos preestablecidos, como corresponde en la evaluación científica. “En momentos así, afirmó Fernando Peirano presidente de la Agencia, desde las políticas de promoción debemos orientar las capacidades científicas y tecnológicas hacia soluciones oportunas”.

Se trata de cambios burocráticos y administrativos que, en perspectiva, tienen alta significación política. No solo porque implica la decisión del Estado de apoyarse en el conocimiento para el desarrollo de soluciones. También porque estos organismos han mostrado una voluntad política para agregar nuevos mecanismos.

La respuesta fue muy contundente. Recibieron unas 900 presentaciones en formato de Ideas Proyecto, vinculados con la informática, las ciencias biomédicas, ingeniería electrónica, nuevos materiales, química y ciencias sociales.

En el plazo de un mes y medio, 25 evaluadores de alto nivel analizaron originalidad y factibilidad y el impacto de estos proyectos en el menor plazo posible. Un esfuerzo de adaptación burocrática y administrativa con las complicaciones del trabajo remoto. Como señalamos, de las postulaciones eligieron los 64 más útiles. Cada uno recibe hasta 300 millones de pesos.

En algún tiempo, cuando estas medidas de aislamiento sean un recuerdo, podría aplicarse el mismo criterio, no ya para enfrentar una amenaza como la Covid-19, sino para un plan nacional de desarrollo que mejore la competitividad de nuestra producción, genere riqueza y empleo a partir de la incorporación de conocimiento.

* Miembros Comisión de Innovación CyT, Instituto Cafiero @cytcafiero