Remes Lenicov, del 2001 a la crisis del coronavirus: “Si las empresas desaparecen la reactivación va a ser muy difícil”

El primer ministro de Economía de Eduardo Duhalde recuerda los días febriles de enero de 2002, cuando tenía jornadas de trabajo de casi 20 horas y dormía en el edificio del Banco Nación. La salida de aquella crisis y las medidas que el gobierno de Alberto Fernández está tomando para enfrentar la actual, agravada por la pandemia de la COVID-19

Compartir
Compartir articulo
infobae

“Es difícil comparar la crisis de 2001 con la actual, porque en aquella oportunidad el origen era endógeno, producto del propio sistema económico argentino, la convertibilidad había llegado a su techo y no funcionaba más. En cambio ahora, en la crisis actual, se juntan dos cuestiones: por un lado hay un factor exógeno, que es el coronavirus, con el cual no tiene nada que ver la política económica, y por el otro hay un problema más estructural de la Argentina, que hace que no podemos crecer desde hace unos diez años”, dice el economista Jorge Remes Lenicov.

Anclado de Bruselas, adonde viajó por motivos personales y lo sorprendió la pandemia, el primer ministro de Economía de la presidencia interina de Eduardo Duhalde está a la espera de un vuelo de repatriación. “Hay que tener paciencia -dice-, además no queda otra”.

En una comunicación telefónica con Infobae, mientras espera la vuelta, acepta rememorar la salida de aquella crisis que lo tuvo como protagonista y analizar a vuelo de pájaro los desafíos que el impacto de la pandemia impone a la economía argentina.

Un 31 de diciembre

Fernando De la Rua había volado en helicóptero de la presidencia al ostracismo el 20 de diciembre de 2001, en un país en llamas: el PBI había caído un 17% desde 1998, la convertibilidad hacía agua por todos lados, no había casi reservas, la pobreza arañaba el 36% y la desocupación amenazaba con traspasar el techo del 20%, las protestas y los saqueos eran parte de la agenda cotidiana y la represión estatal sumaba 39 muertos.

Durante diez días, el presidente provisional del Senado, Ramón Puerta, el gobernador de San Luis, Adolfo Rodríguez Saá, y el titular de la Cámara de Diputados, Eduardo Camaño, se habían sucedido en la presidencia. La Argentina estaba en default.

El 31 de diciembre, un acuerdo político entre el Justicialismo, el sector de la UCR liderado por el ex presidente Raúl Alfonsín y parte del Frepaso catapultó a la presidencia al ex gobernador de la provincia de Buenos Aires, Eduardo Duhalde. Debía asumir el 1° de enero.

El economista Jorge Remes Lenicov.
El economista Jorge Remes Lenicov.

-Duhalde me llamó ese mismo 31 de diciembre, cuando supo que iba a ser presidente, y me preguntó si podía ir a Lomas de Zamora, donde él estaba, para ayudarlo a escribir la parte económica de su discurso de asunción y charlar un poco sobre el panorama. Ahí me ofreció el ministerio de Economía. Nosotros, mi equipo y yo, veníamos trabajando desde hacía casi cinco años sobre la situación económica, con la idea de salir de la convertibilidad. La situación era terrible, pero le dije que sí. Era una responsabilidad política y si uno es un militante político no puede decir: “No, esta situación no me gusta, llamame cuando las cosas estén más tranquilas”. Así que lo tomé como parte de mi responsabilidad social y política – recuerda Remes Lenicov.

Durmiendo en el Banco Nación

Jorge Remes Lenicov juró como ministro de Economía el 3 de enero. La situación era tan urgente y compleja que viajar todos los días desde su casa en La Plata hasta Buenos Aires era un desperdicio de tiempo que no podía permitirse. Decidió quedarse y los primeros días durmió en un lugar impensado.

-Había un departamento arriba de todo en el edificio del Banco Nación y me instalé ahí. Era una cosa espantosa, que no podías salir, con esas puertas de hierro cerradas. Estuve diez o quince días ahí y después me fui a vivir a un hotel. No sobraba tiempo para nada -cuenta.

Recuerda que la agenda de trabajo era un infierno: se levantaba a las seis de la mañana,leía los diarios y los informes económicos que le preparaban sus colaboradores y a las siete hablaba con su viceministro, Jorge Todesca. Después atendía algunos llamados de los medios y a las ocho y media de la mañana se instalaba en su despacho del ministerio. No salía ni para comer, mientras las reuniones y las negociaciones se sucedían una tras otra hasta muy tarde en la noche.

Antes hubiera sido mejor

Para Remes Lenicov, la crisis de 2001 se podría haber evitado si Duhalde hubiera ganado las elecciones en 1999. Había más aire para salir de la convertibilidad de manera mucho menos traumática.

-Estoy absolutamente seguro de eso. Nosotros habíamos empezado a trabajar en el ‘97 sobre eso. Yo era ministro de Economía de la Provincia (de Buenos aires) y me quería ir, estaba cansado. Se lo dije a Duhalde, que entonces era gobernador, y me dijo: “Mirá, está bien, andate. Queda la gente de tu equipo en el ministerio, pero te voy a pedir que vayas a Diputados y armes un grupo para el ’99, por si ganamos las elecciones, así implementamos la salida de la convertibilidad” -recuerda.

infobae

La salida del cepo del 1 a 1 era algo que Duhalde y Remes venían trabajando desde 1996. Estaban de acuerdo en que estaba agotada y que había que diseñar otro camino. Si Duhalde llegaba a la presidencia en diciembre de 1999, lo pondrían en práctica.

-En el ’99, para la época de las elecciones, la situación todavía era relativamente buena para salir. Había muchas reservas y las cuentas no se habían deteriorado tanto como se deterioraron en 2001. Entonces, si se hubiera salido ordenadamente de la convertibilidad en el ’99 habríamos evitado la crisis de 2001 – asegura.

Acuerdo político y medidas urgentes

Después de que Duhalde perdió las elecciones con Fernando De la Rua, Remes Lenicov no dejó de trabajar en el proyecto. Durante 2001 y 2001, se reunía todos los jueves a la tarde con los integrantes de su equipo para hacer un seguimiento de la situación económica, que empeoraba día a día.

Por eso, cuando la Asamblea Legislativa nombró presidente provisional a Duhalde, el grueso del programa económico estaba preparado.

-Propusimos rápidamente un paquete de medidas y todas fueron aprobadas: la ley de emergencia, la pesificación, el tipo de cambio libre, el acuerdo con las provincias, el nuevo presupuesto, el corralito, la renegociación de los plazos fijos… Todo eso era parte del programa que veníamos preparando desde antes y lo pudimos implementar – explica.

Sin embargo, nada de eso habría sido posible sin un acuerdo político.

-Lo que pasa es que tuvimos la “suerte”, por llamarla de alguna manera, de que se tejiera una alianza polítca entre Duhalde, Alfonsín y una parte del Frepaso, que nos permitía tener mayorías en las dos Cámaras. Y hablaba con (Raúl) Baglini, que era el jefe de la bancada de diputados del radicalismo, también con Frenkel, con Jesús Rodríguez, con Sourrouille… Claro que discutíamos y tuvimos que modificar alguna cosa, pero siempre llegamos a acuerdos –recuerda.

La única salida

Casi dos décadas después, Jorge Remes Lenicov sigue convencido que la estrategia económica que implementó en 2002 era la única posible. Que no había otra.

-Yo diría que fue la mejor posible de las escasísimas alternativas que había en ese momento. Cuando se critica aquella época, o algunos la critican, nadie dice qué es lo que hubiera hecho. Porque desde acá es muy fácil decir eso se hizo mal. Pero, ¿qué hubieran hecho? El corralito era un mecanismo de emergencia, pero si no se hacía, ¿qué pasaba? Bueno, lo que pasaba era que los ahorristas no hubieran cobrado nada. Porque los bancos abrían un lunes, supongamos, e iban todos los ahorristas a retirar el dinero. Pero, claro, el dinero no estaba, porque lo habían prestado. Por orden del Banco Central, si un banco no puede reponer los depósitos es intervenido, y se hubieran intervenido todos los bancos. Y ahí hubieran entrado en proceso de quiebra, con lo cual el ahorrista no habría cobrado nada -asegura.

infobae

Desde Bruselas, Remes Lenicov hace una pausa en su relato, pero antes de que se le pueda formular otra pregunta, él mismo se hace una:

-Y si los bancos quebraban, ¿qué pasaba? ¿Se puede salir de una crisis sin sistema financiero?

Él mismo se responde:

-Es imposible. Es como preguntarse si de esta crisis, la actual, se puede salir sin empresas. Las pymes por ejemplo, que están muy mal. No se puede. Había que buscar mecanismos como para que la salida fuera lo más rápido posible, y lo hicimos. Los indicadores muestran que en marzo o abril de 2002 ya había síntomas de salida, de empezar a crecer. Y bueno, la economía empezó a crecer y tuvo seis o siete años de crecimiento. Por supuesto que a partir de 2003 o 2004 el envión del aumento de los precios internacionales permitió seguir la recuperación… Hasta la crisis del 2009, que fue una crisis importada.

Ayer y hoy

-Usted dijo al principio de esta charla que aquella crisis de 2001 y ésta son difíciles de comparar. Hablemos de la actual: ¿Qué opina de las medidas económicas que está tomando el gobierno de Alberto Fernández? – le pregunta finalmente Infobae.

-Bueno, yo creo que en este momento lo que está haciendo el gobierno está bien, en el sentido que a la gente más vulnerable, los informales y los cuentapropistas, hay que ponerle dinero en el bolsillo, porque no tienen ninguna otra forma de sobrevivir... También es vital financiar y apoyar a las pymes. Las empresas en esta coyuntura no pueden desaparecer, me refiero a las chicas y medianas, que son las que ocupan el 85% de la población. Si desaparecen, la reactivación futura va a ser mucho más difícil. Las fuentes de trabajo hay que preservarlas. Entonces hay que ayudar a las empresas a pagar los salarios, hay que darles alguna moratoria impositiva por algunos meses, para preservar el empleo.

Seguí leyendo: